Ciudad Juárez.-El candidato a juez laboral, Jorge Emmanuel Martínez Pérez, dijo que la Reforma Laboral favorece solo al trabajador y deja desprotegidos a los empleadores en los juicios.
Aseguró además que, luego de que las Juntas de Conciliación y Arbitraje se convirtieron en Tribunales Laborales, estos están colapsados, por lo que es necesario agilizar los procesos.
El ahora candidato a juez con número de boleta 16, egresó de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez en 2011, y desde entonces, su trabajo se ha enfocado en los litigios laborales, indicó.
“Lo que más experiencia te da es el litigio. Estamos hablando de que fueron años de trabajo en la Junta de Conciliación, porque la reforma laboral tiene dos años y fracción que entró en vigor, que fue en octubre del 2022, donde se inició con dos jueces nada más y unos ocho meses después se abrieron nuevas plazas hasta llegar a nueve”, mencionó.
Dijo que, ante el poco tiempo que tienen los juzgados laborales, aún están en el proceso de prueba y error.
Recordó que la reforma judicializó el sistema, ya que, al no haber ya un presidente, un secretario de acuerdos y un representante obrero-patronal como era en las JLCyA, sino que ahora, con la figura de juez, se le da a una sola persona la facultad de resolver el conflicto entre el patrón y el trabajador.
Previo a lo anterior hay una etapa conciliatoria obligatoria.
“Lamentablemente, por circunstancias de la misma reforma, implica que, de pronto, se ve muy beneficiada una sola de las partes en un juicio, que es la parte del trabajador. El problema es que cuando, tú como trabajador demandas a una empresa, tú no tienes nada que probar en el juicio, toda la carga probatoria es del patrón”, explicó.
Dijo que, además, el patrón tampoco tiene la suplencia de la queja. Es decir; si el trabajador se equivoca u omite algo, el tribunal se lo tiene que subsanar, pero al patrón no.
“Entra una reforma en la que los abogados no estaban familiarizados, sobre todo con la etapa escrita, y esto provoca que los trabajadores tengan una gran ventaja en ese sentido y los patrones una gran desventaja”, comentó.
Refirió que, si bien es cierto que los litigantes se tienen que preparar para atender un asunto, en el sistema aplicado también se debe tener criterio, ya que la ley lo permite.
“Los conciliadores le dicen al trabajador: mira, no te preocupes, aquí tú tienes derecho a pedir 45 días de los 90 y los proporcionales. Entonces llega el patrón y dice `a caray pero si yo no lo despedí, por qué tengo que darle 45 días que no le corresponden si él se dejó de presentar´, el conciliador dice ´aquí no estamos para resolver quién tiene la razón, pero vamos a mediar, y como la conciliación está dotada de total discreción, y que lo que digas ahí no lo puedes utilizar en un juicio, las personas se aprovechan”, señaló.
Ante esto, dijo que ahora con la reforma existe el principio de realidad, para que, quien resuelve, tiene facultad y obligación de percibir con sus propios sentidos lo que está sucediendo en el juicio.
“En estos dos años y medio que tiene el tribunal establecido, está colapsado, si la ley está diseñada para que los juicios tengan una duración de no más de un año y medio, con todo el juicio de amparo, ahorita con la primera etapa, que es la escrita, está durando más de un año”, comentó.
Es decir, aseguró que a dos años y medio que tiene el tribunal, ya tiene juicios que tardarán en resolverse hasta cuatro años, por lo que es necesario agilizar los procesos.
